Vientos matutinos [Marianne]

No hacía más de media hora que había amanecido y todos seguían durmiendo. Menos yo, claro. Últimamente estaba teniendo un insomnio terrible. A penas dormía y lo único que hacía era pensar y pensar, sobre el pasado o simplemente en las escasas cosas que había vivido aquí. Y la verdad es que no se asemejaba en absoluto a como era antes. ¿Acaso alejarme de aquel entorno me estaba haciendo cambiar?. Quien sabe...
Necesitaba que me diese en aire. Asique me vestí y me puse una chaqueta, probablemente haría frío. Caminé por los pasillos hasta que llegué al tercer piso. Abrí la puerta del balcón y entré. Después me senté por ahí, mirando al cielo. Estaba despejado, aunque se veían un par de nubes. Y, efectivamente, hacía un poco de frío. Se notaba que el verano se acababa de marchar.
Puse las manos sobre mi nuca mientras seguía hundido en mis pensamientos. Hacía un par de días que no me llamaba Lise. Y eso que normalmente me llamaba tres veces al día. ¿Le habría pasado algo?. No...no creo. Ellos sabían arreglárselas sin mí. Puse las manos sobre mi nuca, hacía algo de viento.

No había nada mejor que una caminata en la madrugada, sin que nadie te moleste o te interrumpa un pequeño momento de tranquilidad. El único lugar al que no me podrían encontrar sería en el lugar menos esperado para que una persona este a estas horas de la madrugada, el balcón. Como supuse que nadie estaba por aquí, decidí ir con pijama. Subí por las escaleras y abrí la puerta que daba hacia mi lugar de descanso, pero me dí cuenta que no iba a estar sola. Aunque el chico que estaba ahí, estaba de espaldas lo reconocí.-muy bonito lugar para pensar no es así Mitch?.-dije con una sonrisa en mis labios, es que aquí me iba a encontrar con tantas personas conocidas y además buenas?

Continuaba en mis pensamientos. Dios, últimamente no podía evitar tener la mente en las nubes. Y lo peor es que no podía concentrarme en casi nada. Era algo bastante raro. Quizás fuese por el cambio repentino de vida o que se yo. Suspiré y me palpé el bolsillo, sí, tenía el paquete de cigarrillos. Menos mal. Saqué uno y lo encendí. No entendía nada de las cosas que últimamente pasaban por mi mente. Una voz femenina me hizo reaccionar, miré a la emisora. No tardé en reconocerla. -Así es. -Le sonreí. Después pude ver que estaba en pijama, seguramente no esperaba encontrarse a nadie por aquí.- Bonito pijama, por cierto. -Reí levemente y luego la invité a sentarse a mi lado con un gesto con la mano.
-¿Qué haces por aquí?

-Tonto, la próxima ves avisa cuando vayas a venir al mismo lugar en donde yo estoy y gracias por el elogio a mi pijama.-dije con una pequeña risita. Me senté a su lado y que quité el cigarrillo.-pues, mis padres pensaron que era mejor que me apartara de ellos y que viniera a esta escuela como "correccional" para mi mala conducta, pero..me han hecho el mejor favor del mundo en mandarme aquí, así no me controlan la vida.-dije con una mueca, no me gustaba hablar de ellos, eran muy malos recuerdos.-y tú?...no debes de estar mucho tiempo por aquí sino te habría visto.

- Bueno yo no tenía ni idea de que estuvieses aquí. Hacía bastante tiempo que no tenía noticias tuyas. -Le volví a quitar el cigarrillo. Pero me saqué el paquete y se lo pasé. Al parecer continuaba igual de adicta al tabaco que siempre. Sonreí por ello, ya eramos dos. La miré, estaba tal y como la recordaba. Aunque no sé, se me hacía raro verla por aquí. No pensaba encontrar a nadie conocido. Y haberme encontrado con lo contrario me hacía sentir, algo diferente, como más en casa. La escuché. -Esque eres mala, mala. ¿Eh?. -Le dije, bromeando.- Pues yo llegué hace unos días. Y después de tanto estudiar conseguí la beca, asique aquí me ves. Más me vale aprovecharla bien. -sonreí.-

-Sí, bueno...nadie tenía noticias mías. Digamos que estuve en un maldito internado, pero me expulsaron en menos de un mes, otro logro para mí.-dije orgullosa de mi misma, ese internado era asquerosamente horrible, mi madre debería de dejar de ver esos afiches de correccionales. Cogí el paquete, tome uno de los cigarros, lo prendí con el encendedor que le quité a Mitch y le dí una calada.-yo?..mala?..oh vamos...no es para tanto...en el fondo soy un ángel, muy en el fondo.-dije con una sonrisa torcida, siempre me había gustado ser insoportable en especial con mis padres.-vaya, sí que debiste esforzarte, entonces no te podrás meter en líos conmigo!rayos!..me arruinaste la diversión.

-Oh, wow. ¿Un mes?. -como la vi tan orgullosa de sí misma le aplaudí un poco. La verdad esque era un gran logro. Seguramente esos lugares tenían que ser horribles. Me alegraba de que hubiese conseguido salir tan pronto de ahí. Le dí un par de caladas largas al cigarrillo, sentía como mis pulmones se llenaban de humo y, era lo que más necesitaba. La verdad es que ahora me sentía más relajado. Después puse mi vista en ella de nuevo, con una mirada algo pícara. Eso me recordaba a que como había estado ocupado con el tema de los estudios llevaba bastante tiempo sin divertirme metiéndome en líos. -Bueno, que me haya esforzado no quiere decir que no pueda divertirme. ¿No crees?.-Sonreí de nuevo.-

-Gracias, Gracias. Sabía que eras fan mío, te nombraré cuando reciba el premio a la chica más escandalosa y que ha torturado a todos profesores existentes.-dije con una sonrisa. Que bueno que mi actitud hacia esas cosas era así, la verdad no sabía como es que las demás personas en ese estúpido internado podían soportar las clases, habitaciones, etc que había ahí. Me eché en sus piernas y le miré.-ah, entonces si podremos meternos en líos, genial!necesitaba al menos una persona que comprendiera mi sentido de diversión aquí.

-¡Que gran honor!-Exclamé. No tenía duda de que si existiese tal premio no tendría problemas para ganarlo. De vez en cuando los sitios como este necesitaban personas como ella para funcionar bien. Sería aburrido si todos fuesen iguales. ¿No?.
Tenía razón. Y la verdad es que yo también necesitaba a alguien así. Además que la conociera de antes facilitó mucho las cosas. Seguro que ahora ya no sería tan difícil convivir aquí al ver una cara conocida y esas cosas. Me gustaba que las cosas nunca saliesen como yo planeaba.
-Seguro que será divertido. -Le dije, sonriente. Me puse el cigarrillo sobre la boca y para fastidiarla un poco la despeiné levemente.-

-Sí lo sé, soy la mejor en esas cosas.-dije en tono un poco orgulloso. Des de cuando era yo así?, desde ahora..bueno, sólo en este momento. Le miré enojada cuando me despeinó, pero que rayos se creía este?, así era mi amigo. Me separé de él y de un empujón lo boté de la banca, el ruido fue un poco estrepitoso y rogaba porque nadie se hubiese despertado.-espero que te haya dolido, tonto.-dije divertida y dándole la mano para que se levantara.

Al ver su mirada supe lo que me vendría. Y, cuando me quise dar cuenta, ya estaba en el suelo. Me había empujado y caí de espaldas. Pero no me dolió ni nada pero sonó demasiado fuerte. El cigarrillo se me cayó, aunque daba igual, ya estaba en las últimas, asique no lo recogí. La miré. -Que agresiva eres... -le dije, con un tono de voz quebrado, como haciéndome la víctima.
Al ver que ella me extendía la mano. Pensé, me tendría que vengar, ¿no?. La agarré de la mano, estirando hacía mi suavemente, pero con la suficiente fuerza como para hacerla caer.

-Yo agresiva?...si soy todo un angelito! no ves mi aureola?.-dije con vos sorna, riéndome de lo que había dicho.-hay por favor, no te hagas la víctima, sé que no te ha dolido.-rodeé los ojos. Cuando cogió mi mano para "levantarse" me jaló y caí encima de él, debí de haberlo visto venir.-gracias por amortiguar mi caída, como ves no me he hecho daño alguno.-dije con una pequeña sonrisa, pero con mi mirada pude ver que las marcas que tenía en mis brazos eran bastantes notorias, *debí de ponerme una chaqueta* pensé para mi misma,y esperaba que él no se diera cuenta y no me dijera que rayos era lo que tenía.

Chasqueé con la lengua al ver que me había descubierto. Aunque era algo obvio, además lo había hecho fatal, definitivamente, el teatro no era lo mío. Yo era más de música y esas cosas, pero aquello no tenía nada que ver ahora.
Cayó encima de mí, pero sin hacerme daño.
- Bueno, mi intención no era hacerte daño. No como otras... -Le dije, refiriéndome a ella. Era cierto, nunca le haría daño. Pero, eso no evitó que la agarrase de la mejilla, estirándole un poco. Reí suave.Luego vi algo en sus brazos. Algo como unas marcas. Pensé que lo mejor sería no preguntar y hacer como si no las hubiese visto. Y así hice, opté por estirarle también de la otra mejilla.

Alcé una ceja cuando me estiró la mejilla, aunque la verdad estaba aliviada de que no hubiera visto o al menos no le hubiese importado las marcas en mis brazos, que bueno que no era una persona curiosa. Me estiró la otra mejilla y yo sólo sacudí la cabeza.-acaso quieres que me parezca al gato rizón?...muy chistoso Mitch.-para vengarme también le estiré las dos mejillas, quedando igual como él me había hecho a mí.-aw, así te ves adorable.

Mantuve las manos en sus mejillas, estirándoselas del mismo modo. Aunque ella sacudiese la cabeza, no consiguió librarse de mí.
-Bueno, sientete orgullosa. Ese es un gato bastante sexy. -Le dije, sin poder evitar dejar escapar una risita. Definitivamente aquel gato era de todo menos eso.
Ella acabó por agarrarme a mí también de las mejillas. ¿Una venganza?. -Eres una copiona de venganzas. -Dije, como pude, ya que como me tenía agarrado de las mejillas tenía un nivel de entendimiento del habla bastante bajo.

-Vaya, me comparas con un animal, eso me debería de hacerme sentir mucho mejor?.-dije intentando hacer un puchero, pero era casi difícil hacerlo cuando tu AMIGO estaba estirándote tanto las mejillas, después de esto estaba segura de que me iba a doler bastante.-copiona de venganzas?...vaya, puedo sentir con el cariño que me lo dices.-se notaba que los dos nos estábamos esforzando por hablar.

No pude evitar dejar escapar una pequeña risa al ver su intento de puchero.
-¡Encima que te he halagado y todo! -Volví a reír levemente. Y, la verdad es que Marianne ya estaba haciendo que me doliesen las mejillas y seguro que me dolerían durante todo el día. Asique opté por soltar las suyas, pensando en que ella haría lo mismo. Porque lo haría, ¿no? -Bueno, tu te lo buscaste al tirarme al suelo, ¿No crees?. -Aunque en parte había sido culpa mía al despeirnarla. Pero estaba seguro de que lo volvería a hacer. Me gustaba molestarla. Asique, así hice. Puse la mano sobre su cabeza y la revolví entre su cabello.

-Halagado?..a eso te refieres a compararme con un animal que ni siquiera existe y para colmo en la película es horroroso?..vaya intento de halago, debes de esforzarte, bobo.-solté sus mejillas cuando el soltó las mías, era lo justo no es así?.-yo me lo busqué?..fuiste tú el que me despeinó.-me ruboricé por la ira cuando me volvió a despeinar, esta ves me tiré encima de él mientras lo ahorcaba, aunque sabía que no le hacía daño alguno.

- Tampoco es tan feo... además tiene una sonrisa bonita. ¡Y en la de Tim Burton, le hizo unos ojos preciosos! -No pude evitar reír.- Es el mejor halago que podrían hacerte en el mundo. -Después sonreí, en parte era cierto, fuera de lo físico, era un personaje bastante astuto y divertido.
Me sorprendió bastante que me agarrase del cuello, pero no me estaba haciendo daño ni nada. La miré fijamente mientras me 'ahorcaba'. -¿Ahora también eres Homer Simpson?. Después reí. Todo esto estaba siendo bastante divertido.

-Me llega que...que acabas de decir?.-dije aún más furiosa cuando dijo que ese era el mejor halago que me podían hacer. Nunca había estado más furiosa en mi vida, bueno sí, pero con él era diferente.-Homer Simpson?..ahora si estás acabado.-dije aprisionando más mis manos en su cuello, que rayos le pasaba?. Es que acaso era una nueva moda de comparar a chicas con personajes horribles del cine o la televisión?.-entonces si yo soy Homer tu eres Maggie Simpson!

Ella cada vez estaba más enfadada y yo... yo no podía parar de reír. Aunque bueno, tampoco era para tanto, ¿no?. Aunque quizás lo mejor sería parar. No quería morir asesinado a manos de la loca de Marianne y cada vez me apretaba más fuerte. Asique, quité sus manos como pude de mi cuello. Iba a contestarle algo sobre su comparación entre Maggie Simpson y yo, pero pensé que mejor que me callara. Además, ¿había algo de malo en parecerse a un bebé?. -Estas loca...-Sonreí y después me incorporé, poniendo la mirada en ella.

Maldito, así que le gustaba reírse de mí no?. Cobraré mi venganza más tarde, cuando él no pueda salvarse de esta, plañirá por esto.-sí, lo estoy, pero así me quieres no es así?.-dije con una sonrisa divertida en mis labios. Me levanté y me tiré exageradamente en la banca que estaba a mi costado, ese intento de asesinato había desgastado mis fuerzas.

Algo me decía que la cosa no quedaría ahí. ¿Tendría que tener miedo?. Creo que si...
Después pensé sobre su siguiente pregunta. Estaba claro que sí, pero se me hacía bastante difícil decirlo, siempre me ocurría lo mismo cuando tocaba decir eso, con la persona que fuese. Algo que estaba en mi lista de cosas que cambiar. -Desgraciadamente, si. -Dije al final, con una leve risa. Luego me puse en pie y saqué de nuevo el paquete de tabaco que llevaba, puse uno sobre mi boca y lo prendí. Después me acerqué a la banca donde ella estaba, le aparté las piernas y me senté.

-Que bueno, por que nunca voy a cambiar, me vas a tener que soportar así de loca todo el tiempo que estés aquí.-dije con una mirada de niña mala. Siempre había estado un poco loca, pero en la buena forma claro, mis amigos tenían que soportarme tal y como era yo.-oye, mis pies tenían ese lugar.-sonreí divertida y me eché otra ves en sus piernas, estaba bastante cómoda, ahora sólo faltaba que Mitch me botara.

-Bueno, creo que lo soportaré. -Sonreí. En realidad no había nada que soportar, así era Marianne y punto. Además era divertido estar con ella, sería más llevadero.
Cuando ella se volvió a recostar sobre mis piernas se me pasó la idea de tirarla al suelo, tal y como lo había hecho ella antes, pero acabé por desechar la idea. No quería morir a los diecisiete años. -Tienes suerte de que yo no sea un loco 'bota-gente' -Añadí, riendo levemente. Después le pegué un par de caladas largas al cigarrillo. Pude sentir algo más de viento helado llegar. Maldito otoño... Recordé que ella iba simplemente en pijama y quizás tuviese algo de frío. Asique opté por preguntar. -¿Tienes frío?