En busca de... algo???(Marianne)

Me molestaba que mi instrumento favorito, osea el piano que usualmente yo usaba estuviera desafinado y que no quisieran repararlo, así que me molesté y fuí hacia el centro para comprarme al menos un órgano decente. Ví uno de el cual me enamoré y fui a decirle al vendedor que ese era el que quería, así que me dijo que mañana me lo iba a mandar y cancelé. Volteé y me dí cuenta que estaba George Platt en la tienda, le sonreí con amabilidad e ignoré a los revoltosos niños que estaban peleando. Me acerqué a él.-no sabía que eras una amante de la música George...

-Oh ya veo, entonces te ayudaré a escogerlos, si es que quieres claro.-rodé los ojos ante su sarcasmo, pero a pesar de que el piano del auditorio estaba mal, me había alegrado al comprar ese hermoso y excelente órgano que me serviría para ejecutar mis obras sin que me peleara con él cada cinco minutos.-sí, a decir verdad lo acabo de comprar.

-De nada, y pues...no lo veo nada de malo a ese piano, aunque supongo que no te debe de gustar por algo o porque simplemente no entraría en tu habitación.-dije con una sonrisa burlona en mis labios, el chico era agradable a pesar de el frecuente sarcasmo que usaba en sus frases.-yo...escogí ese órgano de ahí y....en cuanto es tu aspecto...estás bien...lo que pasa es que lagunas personas no entienden la moda de hoy y deberían renovarse.

-Lo sabía, siempre tengo razón.-sonreí de lado, según mi opinión a veces las cosas de antaño no estaban tan mal o al menos cuando eran instrumentos y cosas literarias, pero en moda era otra cosa, no entendía como es que las mujeres de las épocas antiguas se podían poner esos horribles vestidos y corsettes. Cuando terminé mi conversación interior me dirigí hacia donde él estaba, inspeccionando mi ahora nuevo instrumento.-sí, es por eso que lo elegí, además de lo bien que se ve estoy segura de que suena mejor del ahora trágico estado del piano del auditorio.

-Pero antes de largarnos espera...-Miré a los guardias de seguridad que se acercaban a nosotros, mire a uno de los niños que estaban a nuestro costado y sonrei maliciosamente, cogi una de las flautas y se la metí en su mochila y le dije que su mamá le estaba llamando, el enano corrió hacia la salida y sonó la alarma del local...bueno..ahora los gorilas no molestarán más.-espero que ese demonio no diga nada...

-Lo sé, es una ventaja de tener un rostro confiable, aunque en verdad no seas exactamente una persona amable con lo enanos poseídos...-dije acompañando su risa, pobre señora, la verdad no soportaría tener un hijo ladrón. me jaló del brazo cuando el adorable pequeño(notese sarcasmo) empezó a soltar todo, maldito...acaso no soportaba una inocente broma?.-vale, no quiero que nos detengan..-salimos de la tienda y nos escondimos por así decirlo en una tienda de electrodomésticos.

Y ahí volvió su sarcasmo, me aseguré que no viniera el pequeñajo con su madre y miré lo que tenía en manos, algo me decía que nuestra pequeña aventura sería divertida. Me gustaba su forma de pensar, era igual a la mía, seríamos buenos amigos.-que tienes en mente George?, ahora tú estás al mando de la operación *Jodamos al mundo*.-dije con una sonrisa divertida.

-Vale, te parece si yo me llamo Isabella y tú...mmm...Franco?...mi creatividad para nombres no sirve de mucho ahora mismo...-empecé a marcar todo lo que pude, eso incluía secadoras, planchas, microondas..entre otras millonadas más. Vi a una de las empleadas acercarse, acaso tendríamos que soportar esas antipáticas, no lo creo.-que tal si le jugamos una bromita?

Rodé los ojos, acaso su comentario me debería hacer sentir mejor?-Gracias...mínimo puedes hacerme creer que fue una buena idea, a donde se fue tu caballerosidad...ah verdad...se fue cuando le jugamos la broma en peque.-alcé una ceja, al menos no había usado su típico sarcasmo, creo que estaba impregnado en todo lo que él decía.-acaso yo podía meter la pata?...no seas...haremos un escándalo...espero que no me mate después de que la despidan por intentar violar a mi futuro esposo...-me volteé hacia la empleada y la miré con desagrado.-que quieres chica?...acaso no te puedes meter en tus asuntos y dejarnos a mi novio y a mí solos para escoger lo que vamos a comprar?...o es que acaso tus instintos femeninos te dijeron que podrías coquetear con él y después seducirlo.

-Querido, puedo distinguir una mirada de lujuria a kilómetros de distancia.-dije mirando a la empleada con una sonrisa de cinismo impregnada en mis labios y por milagro divino mis ojos lucían rabiosos.-mi amor, no es justo que por culpa de una mala imitadora de prostituta barata tengamos que dejar esta tienda, tenemos que hablar con el gerente sobre su personal..-le dí un beso en la mejilla y le abracé, mirando a la muchacha con malicia.

-Cierto George y no puedo creer que sólo falten cinco días para la boda, estoy tan emocionada, además te tengo una sorpresa para la luna de miel.-le coqueta y hablé con un tono de emoción falso que sólo los que sabían cuando una persona actuaba podían descifrarlo.-pues, creo que me haría mucho mejor hablar con el gerente...me complacerías mi amor?

-Nunca querría deshacerme de ti, tal vez de tu ropa, pero no de ti.-le respondí con una sonrisa pícara, todo por la broma.-no te preocupes..en cinco días la verás y estoy segura que te va a gustar.-le abracé otra vez y miré a la muchacha con odio, o al menos eso intenté, mientras que internamente me estaba matando de la risa. Cuando se fue a llamar al gerente solté a George y sonreí.-puedes creer que no me da pena la chica...o bueno..si...pero lo puedo sobrellevar