Lo siento ~ William

Los días pasaban lentos y su agonizante esperar se volvia mas tortuoso, fingía estar bien frente a sus hermanas, pero constantemente estaba en la espera de una llamada de Sky o quizá un msj de vida..., algo solo esperaba algo de ella.
Las tardes en su habitación se volvían desesperantes, pero si salía podían descubrir que algo andaba mal con él, o talves nadie lo notaría pero de todas formas prefería pasarla en su dormitorio, al pendiente de su celular, marcandole a Sky, sin recibir respuesta alguna. Sus noches carecían de sueño por lo que su tez blanca estaba teñida de un pulcro color negruzco bajo sus verdes ojos..., suspiros de desconsuelo llenaban su soledad.
How to save a life, un sonido glorioso que le despertó de su ensoñación, intentó tomar el celular que estaba en la comoda pero este calló al suelo, sin dejar de escucharse la clásica música, se levantó de su cama precipitadamente, observando la rallada pantalla, -Mensaje de *Sky*- leyó sin parpadear, tecleo sobre la pantalla touch, leyendo el mensaje con calma.
Sin titubeo, tomó su cartera y salió directo al hotel, sabía que debía estar a su lado, ella le necesitaba y él estaría con ella.
Manejó a toda velocidad, frenando estrepitosamente frente al hotel, de un salto salió del coche y preguntó a recepción la habitación de la joven, en menos de cinco minutos ya se encontraba frente a su puerta tocandole, -Sky?..., abre soy William- dijo lo suficientemente alto para que le oyera.

La espera en que se abriera la puerta le parecçia interminable, como si los segundos hubieran sido tan lentos, hasta que por fin su espera terminno su joven amada abrio la puerta, se veia fatigada, cansada y con los ojos hinchados de tanto llorar, a penas pudo escuchar el susurro que broto de sus labios, con gran desolacion la abrazo, entrando a la habitacion, cerro la puerta con el pie.
Ahora que tenia a el amor de su vida entre sus brazos volvia a sentirse completo, =tranquila cariño, ya estoy aqui corazon= murmuro abrazando fuertemente a la joven que comenzaba a sollozar entre sus brazos.

=Tranquila cariño, ya estoy aqui= siguio consolando a la joven, unos minutos despues se encontraba un poco mejor, se sentaron en la cama, pero el todavia la abraza, =no te dispulpes amor, se como te sientes, calma, mi vida= sonrio dandole un beso en la frente, aunque su estado no era nada convencedor por lo menos ya estaban los dos juntos, para enfrentar lo que hubiera que pasar.

Esbozó una sonrisa amorosa intentando alejar el temor que en esos momentos le embargaba, suspiró y miró lo que había a su alrededor, observando la mas cruel evidencia de que Sky la habia pasao fatal allí sola, la miro con ternura y le dió un beso en la frente con cariño, -yo iré cariño- dijo levantandose con lentitud, tomó su mano y le dió un suave apretón en señal de que estaban juntos en eso.

Se encaminó a la puerta, palpando sus el ticket que le habían dado por su auto, abrió la puerta y una dulce sonris surcó sus labios apremiando a la joven de que todo estaría bien.

La rapidez con la que fué le sorprendió hasta él mismo, entro casi corriendo a la farmacia pero actuó con toda serenidad y de forma cortes al comprar la prueba, con la madures digna de William, o al menos eso creía él.

Volvió al hotel y con paso firme pero lento seencontró recorriéndolo hasta llegar a la puerta de la habitación donde su amada le esperaba, abrió la puerta asomándose como si no supiera que encontrarse, sonrió al verla en la cama tan placidamente que se molestó por hacerla regresar a la realidad, entró con una sonrisa y se acostó encima de ella pero sin llegar a dejar caer su peso, le dió un beso suave en los labios.

La espectativa se volvió en los últimos días en su peor aliada, cada momento la incertidumbre le confiscaba su tranquilidad, le llenaba de preocupación y desasociego, una de las emociones que si por él fuera nunca más las quería volver a sentir, quería estar en una de esas caricaturas infantiles donde un personaje puede guardar cualquier emoción en un cofre y sellarlo con miles de cadenas y candados y aventarlos al océano, perdiéndose y sin recuperarlos jamás, eso era lo que William ansiaba hacer, lo deseaba ferviertemente.
Esperó con ese mar de emociones corroyendo su mente, y su alma, la joven salío del baño con la misma expresión que seguramente él tendría, la abrazó, suspiró al escuchar que esperarían.
-Esperar..., una ves mas a esperar, solo una vez más- pensó sin soltarla abrazándola y besando su cabello.

Una interminable espera por fin concluía, ya se darían cuenta de que debían de afrontar, -estoy preparado- se dijo intentando convencerse de que todo saldría bien, se sumió en un silencio profundo mientras veía a Sky de pie con la prueba entre sus manos, suspiró sintiendo que su alma entera se rompía en miles de cristales pequeñitos cuando vió las lágrimas de Sky descender de sus mejillas, sabía lo que dos rayitas significaban al menos por las películas, se esperaba que eso pasara, después de todo ya se estaba acostumbrando a que la vida le escupiera en la cara, se levantó apesumbrado y la abrazó nuevamente, -bueno..., primero saldremos de aquí, e iremos a celebrar que seremos padres- dijo con seriedad, después de todo de que le servía ponerse triste o sentir miedo si el producto de su amor estaba en camino y sería amado por ellos.

La odisea estaba a punto de acabar, más bien de empezar, ahora era tan dificil de saberlo que ya no le daba importancia. Lo que importaba en ese momento era simple y sencillamente el hecho de que ambos tendrían que enfrentar a sus respectivas familias y no solo eso sino que además de que defenderían su amor encararían su propio futuro ya muy cercano..., ni siquiera William sabía que estaba pensando todo le parecía un disparate, sus fuerzas se estaban haciendo añicos pero a la vez se fortalecían por ella por él y ahora por su pequeño. -Primero, iremos a comer, me muero de hambre, y después - dijo terminando en un suspiro, -después..., haremos un plan, quizá lo primero sería platicar con quienes nos darían su apoyo, para poder enfrentar lo que se nos avecina con nuestros padres- inquirió sin saber si realmente ese era una buena opción, esbozó una sonrisa confiada, y entrelazó sus dedos entre los de Sky.

Aunque la situación era dicifil de él dependía que todo comenzara a marchar bien, después de todo dicen que el destino no está trazado sobre piedra, y él se encargaría que su futuro cambiara, y que fuera bueno para ambos, -sii, y la loca de Anne se pondrá eufórica- inquirió riendo, empezaba a creer que todo marcharía bien de ahora en adelante.
La observó cambiarse, luciendo realmente hermosa, siempre lucía así, para él ella era la mujer más maravillosa que existía.
-luces hermosa, cariño- dijo tomándola de la mano. -y ahora yo cuidaré de ustedes- se dijo con mucho entusiasmo.

Camilaban cada quién sumergido en sus propios pensamientos que obviamente oscilaban en la misma dirección, pero William comenzaba a restarle importancia al hecho de saber que tendrían que enfrentarse a fuerzas relativamente superiores, -no lo se..., ¿y tu, quieres ir a algún lugar?- dijo esbozando una amplia sonrisa, de pronto sus pesares comenzaban a parecerle triviales y tan superfluos que no podía evitar sonreir ante la idea de ser padre y mas tratándose de Sky.
Sonrió ampliamente, con una sonrisa tierna, -supongo que si ha de ser raro, espero herede todo de tí- inquirió sin dejar de sonreir.

-Bien, entonces, iremos a un buen lugar donde venden exquisitos postres- dijo entre risas, dejando ver su adoración por la comida dulce y todos sus derivados.
Ensanchó su sonrisa al escuchar el comentario de su amada, -teniéndonos como padres, no dudo que sea un hermoso bebe- inquirio sin dejar de sonreir, recibiendo el dulce contacto de los labios de Sky, agradeciendo en cada segundo de que la tuviera a su lado, para siempre. -lo se, cariño. Pero pase lo que pase estaré contigo- comentó estrechandola entre sus brazos.