La mía es la de abajo ~ maggie~

No podía ser, a penas vi en el tablon de anuncios con quien compartiría habitación me quise pegar un tiro y morir. Una Port, pero no cualquiera sino que Maggie. La gemela malvada de las Port, a Susie podía soportarla pero a Maggie, era peor que Dottie y otras chicas discolas juntas.
Entré y lo peor de todo es que compartíamos camarote, ni siquiera camas alejadas. ¡Rayos! Suspiré y dejé mis cosas en la litera de abajo. Me senté a esperarla con los brazos cruzados.

Entre a la habitacion con un cigarro encendido en la boca y la maleta en la mano, al parecer me habia tocado una Platt de compañera, grrr, que horror, por suerte estaria fuera..casi todo el tiempo, en el cuarto, ahi estaba sentadita como niña buena en la orilla de la cama...aahh
-AHH..que tierna te ves...hasta pareces una niña buena querida-dije en tono dulce, pero a la vez mas sarcastico que otra cosa, sacudi mi cigarrillo tirando las cenizas en el piso, sin importarme en lo mas minimo

Miré como botaba las cenizas de su asquerosidad de cigarro en la alfombra de nuestra habitación, ahora estaría con olor a nicotina todo el día.Tendría que hablar con la directora; era imposible que me tocara con la gemela malvada como compañera "Pues tu pareces sacada de un bar" dije levantandome y tomando su cigarrillo y lanzandolo por la ventana "Oh espera, ahí es donde estás la mayoría del tiempo" le contesté con una sonrisita cínica; esa que había aprendido a poner frente a un Port. Aunque ella no me era de gran incumbencia, no tenía nada contra la gemela malvada; sólo con su hermana Dottie.

-Y tu pareces sacada de un convento-le respondi ante su agresion
Nadie me dijo que debia llevarme bien con el angel de mi compañera de cuarto
-Espero que no te moleste el cigarro..ah, ah, ah!, no me importa lo que pienses cariño-comente con una gran sonrisa melevola y llevandome el cigarro a la boca, colocando mi maleta en la cama de arriba despues

"Sólo no fumes dentro" le dije exasperada con su actitud. Quién diría que Susie tendría una hermana tan distinta a ella. "No quiero que este lugar esté apestoso, yo no fumaré aquí asi que tu tampoco lo harás. Yo no te molesto ni tu a mi, y así llevamos las cosas en paz ¿Te parece?" le pregunté sacando mis cosas y acomodándolas en lo que parecía y se hacía llamar un armario.

¿Cual era la gran razon para que dejara que me dijiera que hacer y que no en mi propia recamara?, tenia que ser muy grande o por lo menos convincente para que no lo hiciera, desde pequeña siempre se hacia mi voluntad y si eso traia consecuencias, jamas eso me importaba, jamas me podian hacer nada, yo mandaba en mi propia casa y era un estorbo para mis padres desde que naci
No queria peliar, no tenia ganas ese dia, aparte bueno no era tan mala para hacer que ella se convirtiera en una fumadora pasiva, tire mi cigarrillo al piso y lo pise con mis grandes botas de tacon negras y de piel, restregandolo despues en el piso
-Hoy no tengo ganas de peliar-comente solo eso y subi a la cama de arriba de la litera, la cual ya era y seria completamente mia
La segui con la mirada por todos lados observando como iba y regresaba de su cama al armario, de su cama al armario, lo que en verdad me interesaba era la ropa, era bastante linda, sobre todo la animal print, suas vestiditos y una que otra chamarra que tenia de piel
-Tendras que prestarme esa chamarra un dia..hasta podriamos intercambiar ropa...que talla eres?-le dije colgando mi pierna en la orilla de la cama, balanciandola por diversion y dedicandole una sonrisa felina

Bien creo que haya apagado su cigarrillo era algo como una ofrenda de paz, o una mierda parecida. Que sabía yo. Pero su actitud era un mierda y yo no estaba para lidiar con ella, aunque podía soportarla. E incluso si estaba bajo los efectos de una de las pastillas de Paul podía incluso ser su amiga y contarle un chistecito, pero ahora no. Bueno tal vez si, sólo me gustaba pelear con ella por el puro placer de que era un Port. Ella y su gemela - además de su hermano Will - eran los únicos que podía ver sin querer ahorcarlos con un cordel. "Bien" dije cuando se sentó en su litera, la seguí; tal vez esto no sería tan malo. "Yo tampoco" le di la razón. Habló sobre mi chaqueta de cuero y la miré, resoplé "Esta cosa es tuya si la quieres" dije sacandomela y entregandosela " mi padre la compró pensando que sería un buen regalo de navidad o algo así" En el fondo eramos parecidas, muy en el fondo.