Kristy Sykes

♫ Kristy Sykes ♫
17 años

Personalidad:
¿Cómo comenzar a describir a Kristy? Si tuviéramos que definirla en una palabra, sería terremoto. Una revolucionaria, una rebelde, una luchadora. De ideales fuertes y marcados, no deja que nadie le pase por encima y siempre luchara por lo que cree hasta el final. Jamás se rendirá y es muy perseverante, además de ambiciosa. No importa a quién tenga que aplastar con tal de conseguir lo que quiere. Una líder innata, su especialidad es tomar decisiones y es extremadamente creativa. Siempre tiene una nueva idea en mente, es muy ocurrente. Posee una actitud alocada, la rebeldía personificada. No permite que nadie le diga qué hacer, crea sus propias reglas. Testaruda y cabezota, si ella dice blanco es blanco, y nadie le hará cambiar de opinión. Rechaza todo tipo de modas, no se deja llevar por la multitud y detesta ser una más del montón. Es muy elocuente, le gusta debatir y es difícil que pierda una discusión. Apasionada, lo que hace lo hace con garra y corazón.

Como amiga, es una chica ejemplar. Fiel hasta el fin de los tiempos, protectora y una gran consejera. Siempre se puede contar con ella en cualquier tipo de situación. A pesar de esto, es muy desconfiada, por lo que tiene muy pocos amigos verdaderos. Defiende a muerte a los suyos, y siempre será un buen hombro para llorar, pero no esperes que ella diga demasiado de sí misma. Cree que hablar de sus sentimientos la hace vulnerable, por lo que acalla lo que siente y trata de no encariñarse demasiado con nadie. En el fondo, teme a salir lastimada y aunque da una imagen de chica fuerte e indestructible, en realidad es sólo una pequeña niña en busca de afecto y protección.
Como enemiga es implacable. Extremadamente vengativa, si la dañaste a ella o a sus seres queridos pagarás un alto precio. Orgullosa y rencorosa, no olvida ni perdona. Para ella una traición significa firmar tu sentencia de muerte. No conoce límites y no tiene escrúpulos, arrasará con todo a su paso. En el amor es cerrada y, aunque trate de ocultarlo, muy asustadiza. Literalmente le teme a aquel sentimiento, teme a que le rompan el corazón.

Es una chica de una inteligencia que rompe estándares, realmente brillante. Astuta y perspicaz, además de muy observadora. Nada se le escapa y sabe analizar cada situación y tomar el camino que más le convenga.
Por lo que se hablamos de Kristy, hablamos de una chica decidida, fuerte e independiente, o al menos eso trata de aparentar. Una chica que se esconde detrás de una coraza impenetrable y no deja que nadie se acerque demasiado. Una chica cuyo único, verdadero y declarado amor es la música.

Historia:
El 7 de noviembre del año 1992 nació Kristine Sykes Johnson, hija de William Sykes y Marianne Johnson. Se crió en el seno de una familia de muy alta posición socio-económica, rodeada de lujos y superficialismo. Desde un principio, sus padres quisieron inculcarle valores que no le servirían en absoluto, y que pronto Kristy descartaría. Querían hacerle creer que su dinero la hacía superior, que su color de piel le daba poder sobre otros, que su bla bla bla. Kristy siempre fue demasiado inteligente como para tragarse las mentiras que sus padres creían con tanta ignorancia. Pronto, esto le causaría problemas con sus padres. El único que realmente la entendía era su hermano mayor, Thomas, quien era un punk por definición y a quien Kristy admiró desde un principio. Él le enseñó a rechazar los dogmas, las modas y las masas, le enseñó a ser independiente y lo más importante de todo, le contagió la pasión por la música. Pasaban horas y horas escuchando, hablando y componiendo música sin jamás aburrirse. Era su único amor en la vida, muy a pesar de sus padres. A los nueve años de edad recibió su primera guitarra eléctrica, que su hermano le enseñó a tocar. Así fue cómo creció, ignorando la autoridad paternal y siguiendo como modelo a un hermano mayor que se dedicaba a amar a la música y odiar a las reglas. De este modo, se fue transformando en una joven rebelde, revolucionaria y descontrolada. Ella hacía sus propias reglas a seguir, sin que sus padres pudieran objetar, ya que se desataba la tercera guerra mundial cada vez que ellos querían inculcarle alguno de sus superficiales valores.

Dentro de todo, y dejando de lado las peleas en casa, la vida de Kristy era buena, al menos según su punto de vista. Pero como siempre, la vida te tiene que dar un golpe en el momento que menos lo esperas. Cuando ella tenía tan sólo catorce años, su hermano murió de sobredosis. Fue algo trágico para la familia, pero nadie lo sintió como Kristy. Perder a su hermano significaba perder a su mejor amigo, a su cómplice, a su ejemplo a seguir, significaba perder a la única persona en la que realmente había confiado. A causa de esto, Kristy se volvió cada vez más desconfiada y cerrada. Su actitud se volvió cada vez más descontrolada, tanto que fue echada de varios institutos por causar disturbios, revueltas y todo tipo de problemas. Sus padres ya no sabían qué hacer para contenerla, Kristy era una bomba de tiempo. El único momento en el que se la podía encontrar en paz era cuando tocaba su guitarra o cantaba. En esos momentos, el mundo entero desaparecía para ella y sólo quedaba aquella adorable música y el fantasma de su hermano, que aparecía cada vez que interpretaba una canción. Y a pesar de que ella había aprendido a no encariñarse con nadie, siempre llega el momento en el que todos nos enamoramos. Su primer amor fue a los diesciseis años, un chico que había conocido en un concierto y quien la había cautivado por completo. Salieron por unos meses y fue cuando Kristy se dio cuenta de que ya era tarde para volver atrás, había caído a los pies de éste muchacho sin ningún tipo de salvación. Cuando cumplieron ocho meses juntos fue cuando se enteró de que el chico estaba viendo a unas cuantas más a sus espaldas, y fue el momento de su primer decepción amorosa. Después de eso, juró jamás volver a amar.

Cayó en una profunda depresión y en lugar de manifestarla con tristeza y soledad, ella decidió manifestarla con furia y rebeldía. Sus padres, desesperados y ya sin saber qué hacer, la enviaron a un internado para que la pusieran a raya.